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El salario perdió 21% en los primeros dos meses de Milei, pero algunas paritarias ponen piso a la caída

Protesta de trabajadores estatales.

Alejandro Rebossio

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Empleados que se dan de baja de un servicio, desde una plataforma de streaming al psicólogo, otros que se pasan a un plan más barato de telecomunicaciones o prepaga, compran alimentos de menor calidad, se mudan a viviendas más baratas o a las de sus padres, dejan de ir a trabajar en transporte público y optan por caminar o andar en bici, suspenden salidas nocturnas o viajes. Son los recortes de la clase media que aún lo sigue siendo. Quizás no tan dramáticos como los que sufren las personas que ya estaban en situación de pobreza o los que están cayendo ahora en ese flagelo. Pero la realidad es que los asalariados del sector formal de la economía perdió 21,3% de su poder de compra en los dos primeros meses del gobierno de Javier Milei, en diciembre y enero, según un nuevo informe del Centro de Investigación y Formación (Cifra) de la Central de Trabajadores de Argentina (CTA).

En el documento elaborado por la economista Mariana González se advierte que en el sector privado la caída fue del 19,3% respecto de noviembre y en el público, del 25% porque a la inflación acelerada y se agregó el ajuste del gasto estatal y la consiguiente paritaria a la baja. La pérdida del 21,3% en sólo dos meses es similar al 20,7% que sufrió el sueldo formal en los cuatro años del gobierno de Mauricio Macri y el doble que el retroceso del 10,9% que también padeció en la administración de Alberto Fernández –secundado por Cristina Fernández de Kirchner y con Sergio Massa de ministro de Economía–, según los datos oficiales recopilados la experta de la CTA de los Trabajadores.

González calcula la pérdida salarial teniendo en cuenta el rezago entre el momento del mes en que se cobra el sueldo y el periodo posterior en que se gasta, con fuertes alzas a lo largo del mes en periodos de alta inflación. Es decir, tiene en cuenta que los salarios van por escalera mientras los precios andan en ascensor.

“Es indudable que la fuerte devaluación de la moneda y la recesión inducida han golpeado drásticamente los salarios reales”, advierte González, de Cifra-CTA. La discusión entre los economistas radica en cuánta responsabilidad tienen el gobierno anterior en el atraso del tipo de cambio y cuánta el nuevo por devaluar de forma tan drástica, liberalizando al mismo tiempo los precios, sin resguardar los sueldos y sin que la oposición moderada le vote subas de retenciones que hubieran moderado las alzas.

González también calcula las remuneraciones en términos de poder de compra de alimentos y bebidas, dado que las más bajas de consumen más en estos rubros. Y así como en el periodo de Macri arroja la misma caída del 20,3%, en el de los Fernández fue incluso superior, del 21,3%, y en los dos meses iniciales de Milei, del 23,8%.

Claro que diversos sindicatos consiguieron cerrar en enero y febrero últimos aumentos que cobraron a principios de febrero y marzo, respectivamente, y que puede que al menos frenen la continuidad de lo perdido sobre todo en los primeros dos meses de gestión libertaria. Por lo menos eso se desprende de los números de las paritarias que reveló Luis Campos, investigador del Instituto de Estudios y Formación de la CTA Autónoma, y que se presentan a continuación:

Aclaración de siglas: SMATA es el Sindicato de Mecánicos; UOCRA, la Unión Obrera de la Construcción; UTEDYC, Unión de Trabajadores de Entidades Deportivas; PBA es provincia de Buenos Aires; UTA es la Unión Tranviarios Automotor, el gremio de los colectiveros; SMVM es el salario mínimo vital y móvil y UOM, la Unión Obrera Metalúrgica.

“No me sorprendería nada si el indicador del salario registrado de enero subió en torno al 15%, incluso más”, opina Campos, tras un IPC del 20% ese mes. “La dispersión es la regla general. Con estos niveles de inflación, los trabajadores que se quedan arás pierden demasiado. Pero los aumentos de enero están por encima de lo que nos imaginábamos. Creo que cuando se conozcan los datos generales nos vamos a llevar una sorpresa. No digo que el promedio le empate a la inflación de ese mes, pero no va a caer tanto como en diciembre. Igualmente, hay muchas actividades que pactaron en enero aumentos para compensar la caída de diciembre. De hecho, algunas replicaron el 25,5% de inflación de diciembre y otras negociaron aumentos en enero que incluyeron porcentajes mirando diciembre, como comercio o judiciales bonaerenses. Además, en enero se hicieron efectivos los aumentos de algunos sectores que todavía no cambiaron la periodicidad de las subas, como aceiteros y mecánicos.”

“Varias actividades están ajustando por inflación pasada, eso también es un dato para nada menor”, advierte Campos sobre la pérdida que eso implica. “Febrero ya empieza a ser otra cosa, sobre todo porque algunas actividades no tenían aumentos pactados, como aceiteros y mecánicos, y otras tienen la negociación trabada, como construcción y metalúrgicos. Para adelante, por ahora es pura incertidumbre. Fijate que prácticamente no hay actividades que tengan aumentos ya cerrados para marzo. Léase, estamos trabajando pero no sabemos aún cuánto nos van a pagar. Eso va a depender de lo que se negocie este mes en muchas actividades. Es un problema serio, porque si no cerrás un aumento, se te empieza a acumular el retraso y después la recuperación es mucho más difícil.”

AR/MG

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