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- El objetivo de este informe es el de examinar no solo los elevados niveles de inflación que registra la economía argentina en la actualidad sino también abordar, de modo preliminar, algunos de los factores principales que inciden en esta problemática tan compleja como acuciante.
- Un aspecto relevante que se desprende de las evidencias es que los elevados niveles de inflación de los primeros 9 meses de 2021 (47,2% según el IPC) fueron contemporáneos a dos procesos especialmente relevantes que actúan en el marco de la reducción de los salarios reales, el bajo incremento del tipo de cambio y de las tarifas de los servicios públicos y una base monetaria que en términos reales es inferior incluso a la de 2019. El primero es la inflación mundial que tuvo un capítulo especial en el elevado crecimiento de los precios internacionales de la energía, los alimentos y los minerales que treparon en dólares 82,1%, 29,4%, 35,3%, respectivamente, entre los primeros 8 meses de 2021 respecto a igual período del año anterior. Es tan claro que la economía argentina no está aislada de estas circunstancias internacionales como que la inflación doméstica no se agota en ellas.
- En tal sentido, el segundo fenómeno que interesa destacar refiere a las distorsiones que se advierten en los precios relativos, es decir, a las capacidades diferenciales de formación de precios que tienen los actores económicos en el marco de las pugnas por la distribución del ingreso y las presiones que ejercen los precios mundiales. Esto se pone de manifiesto al advertir que los precios mayoristas de rubros con elevada concentración económica se incrementaron por encima de los precios minoristas totales y de sus derivados durante los primeros 9 meses de 2021. Es el caso, por ejemplo, de los aceites (111,3%), sustancias plásticas y elastómeros (92,6%), cereales y oleaginosas (90,7%), productos siderúrgicos (70,9%) y minerales no ferrosos (54,9%).
- Como consecuencia de ello los oligopolios que lideran esas actividades registraron una recomposición significativa de sus niveles de rentabilidad. Ternium Argentina declaró utilidades netas por el 40,1% de las ventas en el primer semestre de 2021 cuando en el mismo período del año anterior había registrado pérdidas contables (-1,5%). Aluar pasó del -6,7% al 8,8% de utilidades sobre ventas en los respectivos períodos mencionados. Molinos Río de la Plata, después de un buen primer semestre en 2020 (2,9%), aumentó su rentabilidad a 3,6% sobre ventas en el mismo período de este año. No se trata de casos aislados ya que el excedente de explotación del conjunto del sector privado aumentó del 48,2% al 53,1% entre el primer semestre de 2020 y 2021. Estas son las causas del endurecimiento de la política de control de precios del gobierno.