Informe de coyuntura N°45
Desde que asumió el gobierno la Libertad Avanza se puso en marcha un nuevo ciclo de valorización financiera que, por el momento, tiene un carácter de corto plazo dada la fragilidad externa que impera en la economía argentina y que ni la fuerte devaluación inicial, ni el consiguiente ajuste económico, ni el blanqueo extraordinario de capitales pudieron resolver aún.
En tal sentido, se advirtieron dos “burbujas financieras” en el primer año de gobierno de Milei que se sustentaron en tasas de interés en moneda local que superan la tasa de devaluación de los dólares financieros, generando altas tasas de retorno en moneda dura.
Se trata del “veranito financiero” que aún no finalizó pero que ya empezó a exponer las contradicciones propias de los ciclos de valorización financiera que históricamente se estrangulan por el lado del sector externo. La primera prueba de ello es que pese haber ingresado 23.300 millones por el blanqueo (20.600 en forma de depósitos) las reservas brutas no se recompusieron significativamente. Si se las contrasta con el pico de junio, en la actualidad son apenas 1.200 millones más altas.
A diferencia de otras experiencias de valorización financiera en ésta se advierte, al menos en esta primera etapa, la ausencia de financiamiento externo, lo que evidencia que el riesgo argentino es superior a las pulsiones que se derivan de los altos rendimientos en dólares de las colocaciones locales. Por una parte, esto se refleja en la incapacidad del gobierno para refinanciar las amortizaciones de capital de la deuda pública.
Las consecuencias de este proceso se expresan sobre el nivel de actividad económica y la tendencia hacia la conformación de una nueva estructura de precios relativos en detrimento de la producción industrial y una distribución del ingreso más regresiva.